El trabajo del intérprete consiste en facilitar la interacción y asegurar la comunicación eficiente entre
los miembros participantes de un evento; y éste se encuentra capacitado para
llevar ideas de un idioma a otro de forma precisa y eficiente.
Un intérprete profesional es un recurso muy valioso en una
negociación, conferencia, panel, o cualquier otro tipo evento. Por ejemplo, una
empresa mexicana acaba de importar maquinaria de Japón pero como se trata de
una nueva tecnología la empresa japonesa envía una persona experta para dar una
capacitación a los empleados sobre cómo utilizarla, sin embargo esta persona no
habla inglés ni español, entonces la empresa mexicana recurre a un intérprete
que pueda facilitar el diálogo entre sus trabajadores y el capacitador japonés;
otro ejemplo sería en una junta de negocios donde se manejan dos idiomas
diferentes; o una conferencia de un invitado que viene del extranjero pero no
habla el idioma del país; y como estos hay muchos ejemplos más.
La interpretación
simultánea es la forma de interpretación más complicada que existe, donde el intérprete especializado, desde
una cabina aislada y con la ayuda de un micrófono, interpreta y transmite el
mensaje del idioma de origen al idioma meta en tiempo real. Es decir, escucha
en un idioma e interpreta en otro con un retraso máximo de cinco segundos. Como
se puede ver, los retos a los que los intérpretes se enfrentan son
principalmente el trabajo en tiempo real, habilidad concentración, buena memoria,
confianza y excelente expresión oral. Los intérpretes no solo se enfrentan a
esta presión sino que también su
interpretación conlleva mucha responsabilidad en casos como
por ejemplo un acuerdo de un millón de dólares entre dos empresas de diferentes
países, o el éxito de una empresa de la participación en una feria
internacional; éstas y otras más son ejemplos de situaciones en las que un
intérprete profesional hace toda la diferencia.
Ahora bien, ¿por qué contratar a un intérprete
especializado y no solo una persona bilingüe? La razón es simple: los bilingües pueden hablar dos
idiomas con fluidez, pero no conocen el idioma técnico o especializado; y lo
más importante, no necesariamente son buenos para mover la información entre
los dos idiomas, en especial cuando la presión del tiempo es tan fuerte. Además,
los intérpretes profesionales pueden traer un enfoque diferente y cuentan con
habilidades especiales para este trabajo.
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